jueves, 6 de marzo de 2014

AQUI Y AHORA ¿O AQUI Y RECIÉN ? LOS AYRs


El misterio de la consciencia es concebido hasta la actualidad como un flujo de información constante que se desarrolla en el tiempo; que procede del entorno al sujeto perceptor y que es procesada, de alguna manera, dentro del cerebro.

Lo que rebatiremos en estos posts  justamente estos dos puntos:

·         La conciencia como flujo en el tiempo.

·         La consciencia como recolector de información del entorno en el que se inserta el  individuo.

La destrucción de estas dos concepciones, tan arraigadas, se basa en el siguiente principio sustentado en la Neurometafísica

La consciencia es un evento de percepciónNo es un flujo permanente y no es producto de la interrelación entre un exterior que proporciona información al sujeto perceptor  y un interior que es el procesamiento interno que se verifica dentro del cerebro de individuo. Por el contrario, se trata de un evento impersonal, no espacial, que ocurre AQUÍ  y RECIÉN, y  que abreviaré como AyR.

Digo AQUÍ y RECIÉN a diferencia de esa socorrida frase muy usada en la explicaciones New Age de el “Aquí y el Ahora”, porque la conciencia es un evento de percatación. Es darse cuenta de algo que acaba de ocurrir, aunque sea en décimas de segundo, pero siempre se tratará de un evento pasado.

Y cuando digo AQUÍ, no estoy denotando la idea  de que algo no ocurre más allá dentro del universo subjetivo del perceptor que le rodea,  sino que no existe tal allá ni tal acá, sólo un AQUÍ.

 EL AQUÍ Y EL RECIÉN  (AYR)


 

a) FUNDAMENTO

¿De dónde derivamos la existencia de los AyR?  Las Neurociencias vienen nuevamente en nuestra ayuda:

 

El cerebro puede procesar un suceso simple o quantum en (12mseg). La cognición, por tanto, sería una recogida de periodos o quantums de tiempo.  [...] Algo así como una película de cine.


         Rodolfo Llinás

 

Como asevera Llinas los instantes de percepción son como fotogramas de una película y se generan, más o menos, 88 por segundo. Luego, son aprox. 316.800 por hora y alrededor de 5 millones en el día consciente (16 horas).

 Los AyR son un conjunto de fotogramas que constituyen un evento con sentido y por lo tanto un evento consciente. En buenas cuentas el Observador es como un empaquetador de supermercado: reúne elementos y los agrupa por relación (bebestibles, caramelos, alimentos, útiles de aseo, etc.), que los introduce en bolsas y los va pasando hacia el carro en la medida que los productos van siendo contabilizados por el cajero.

Los elementos que agrupa el empaquetador equivalen al Instante de Universo percibido (AyR). 

 

b)  AYR  DIRECTOS Y YUXTAPUESTOS.

 El AyR es la agrupación de una serie de fotogramas, pero con una importante diferencia a lo que ocurre en los fotogramas de una cinta o  film. El Parméneon construye el universo del Observador con dos elementos  principales.

 
AyR Directo. Un grupo de fotogramas directos que podríamos denominar  “grupo empírico” acompañado por una banda sonora, como las películas del cine, que da cuenta del instante de realidad subjetiva y que para estos efectos será un AyR Directo. También integran el AyR Directo impulsos táctiles específicos, olfativos y gustativos discontinuos. El tacto general, la vista y en el sonido, se consideran continuos: El tacto general es continuo, ya que siempre uno “siente que es” (más la exteriocepción y propiocepción); la vista también lo es, pues siempre vemos aunque sea con los ojos cerrados (vemos “negro”) y el sonido también, ya que se pueden percibir, aún  en situaciones de total aislación auditiva, los sonidos del cuerpo. 

 AyR Yuxtapuesto. El segundo elemento es  un grupo de fotogramas que llamaremos grupo ocasional o contingente que se encuentra, por decirlo así, acoplado al principal y que constituye los recuerdos, pensamientos o imaginación y que denominaremos “AyR Yuxtapuesto”.

El AyR yuxtapuesto no es completo, sólo contiene los elementos relevantes para su función de complemento al AyR directo (si es imaginería contiene imágenes, si es recuerdo táctil, una breve imagen y el tacto, si es una reflexión, una cinta sonora en off adicional, etc.) y normalmente  se yuxtapone parcialmente al  AyR directo o  principal.

 
El evento  de conciencia cristaliza las relaciones esenciales dentro de un AyR. Eso permite constatar  nuevas asociaciones cuando se piensa o recuerda, ya que no se puede recordar o imaginar un AyR íntegro, pues este no  puede ocupar el lugar de otro AyR, ya que lo desplazaría.

Entonces, lo que se atestigua en un recuerdo o imaginería, son los elementos esenciales de un AyR acoplado, que por lo mismo, no presenta la  integridad ni  la solidez entre sus fotogramas  que sí posee cuando es directo. Por eso, los recuerdos se tiñen de elementos  diversos y el Observador vacila respecto de los elementos de un recuerdo y muchas veces se contradicen con antecedentes del AyR empírico o directo, tales como, fotografías, cintas grabadas, filmaciones del evento, recuerdos de terceros etc.

El acto de consciencia  es entonces captar la asociación de datos del AyR directo, más las relaciones con sus eventuales AyR yuxtapuestos generando una unidad comprensiva que caracteriza al AyR actual. 

Cuando este AyR no es un evento de percepción directo, sino que un AyR yuxtapuesto sus elementos  empíricos son separables en mayor o menor medida. Sin embargo, se conserva el núcleo rector de ese acto de consciencia. En otras palabras,  la esencia de un AyR directo constituirá en otro instante el AyR  acoplado o yuxtapuesto de otro evento de consciencia.

Cuando un estímulo de un AyR directo  insta a recordar, lo que se recupera no es el AyR íntegro del recuerdo, sino que un destilado de él que se traduce como el AyR yuxtapuesto o acoplado.

El AyR actual o simplemente AyR es, por lo tanto, un evento de acoplamiento de un AyR  directo con uno o más AyR  yuxtapuestos que se traduce como pensamientos, recuerdos  o imaginerías.
Si el  AyR  yuxtapuesto se trajera completo, el Observador experimentaría una realidad doble y esquizofrénica.  Luego, lo que  contiene un AyR yuxtapuesto son imágenes esenciales con significación y una banda sonora adicional “en off”, cuando se trata de un  pensamiento o reflexión que se presenta como el  diálogo interno que atestigua el Observador.


[1] Mora, Francisco. El Reloj de la Sabiduría.

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