El misterio
de la consciencia es concebido hasta la actualidad como un flujo de información
constante que se desarrolla en el tiempo; que procede del entorno al sujeto
perceptor y que es procesada, de alguna manera, dentro del cerebro.
Lo
que rebatiremos en estos posts
justamente estos dos puntos:
·
La conciencia como flujo en el tiempo.
·
La consciencia como recolector de información
del entorno en el que se inserta el
individuo.
La
destrucción de estas dos concepciones, tan arraigadas, se basa en el siguiente
principio sustentado en la Neurometafísica
La
consciencia es un evento de percepción. No
es un flujo permanente y no es producto de la interrelación entre un exterior
que proporciona información al sujeto perceptor
y un interior que es el procesamiento interno que se verifica dentro del
cerebro de individuo. Por el contrario, se trata de un evento impersonal, no
espacial, que ocurre AQUÍ y RECIÉN,
y que abreviaré como AyR.
Digo
AQUÍ y RECIÉN a diferencia de esa socorrida frase muy usada en la explicaciones
New Age de el “Aquí y el Ahora”, porque la conciencia es un evento de
percatación. Es darse cuenta de algo que acaba de ocurrir, aunque sea en
décimas de segundo, pero siempre se tratará de un evento pasado.
Y
cuando digo AQUÍ, no estoy denotando la idea
de que algo no ocurre más allá dentro del universo subjetivo del
perceptor que le rodea, sino que no
existe tal allá ni tal acá, sólo un AQUÍ.
EL AQUÍ Y EL RECIÉN (AYR)
Una característica importante de la percepción consciente es su
singularidad: “el acto de conciencia es un acto único en el tiempo y en el espacio” (una única “escena).”[1]
a) FUNDAMENTO
¿De
dónde derivamos la existencia de los AyR?
Las Neurociencias vienen nuevamente en nuestra ayuda:
El cerebro puede procesar un
suceso simple o quantum en
(12mseg). La cognición, por tanto, sería una recogida de periodos
o quantums de tiempo. [...] Algo así como una película de cine.
Todos sabemos que la película,
vívida y continua, que se desarrolla en la pantalla son realmente fotogramas,
fragmentos o unidades estáticas que son pasados ante nuestros ojos a una
velocidad determinada.
Rodolfo Llinás
Como
asevera Llinas los instantes de percepción son como fotogramas
de una película y se generan, más o menos, 88 por segundo. Luego, son aprox.
316.800 por hora y alrededor de 5 millones en el día consciente (16 horas).
Los
elementos que agrupa el empaquetador equivalen al Instante de Universo
percibido (AyR).
b) AYR
DIRECTOS Y YUXTAPUESTOS.
AyR Directo. Un
grupo de fotogramas directos que podríamos denominar “grupo empírico” acompañado por una banda
sonora, como las películas del cine, que da cuenta del instante de realidad
subjetiva y que para estos efectos será un AyR Directo. También integran el AyR
Directo impulsos táctiles específicos, olfativos y gustativos discontinuos. El
tacto general, la vista y en el sonido, se consideran continuos: El tacto
general es continuo, ya que siempre uno “siente que es” (más la exteriocepción
y propiocepción); la vista también lo es, pues siempre vemos aunque sea con los
ojos cerrados (vemos “negro”) y el sonido también, ya que se pueden percibir,
aún en situaciones de total aislación
auditiva, los sonidos del cuerpo.
El AyR
yuxtapuesto no es completo, sólo contiene los elementos relevantes para su
función de complemento al AyR directo (si es imaginería contiene imágenes, si
es recuerdo táctil, una breve imagen y el tacto, si es una reflexión, una cinta
sonora en off adicional, etc.) y normalmente
se yuxtapone parcialmente al AyR
directo o principal.
El
evento de conciencia cristaliza las
relaciones esenciales dentro de un AyR. Eso permite constatar nuevas asociaciones cuando se piensa o
recuerda, ya que no se puede recordar o imaginar un AyR íntegro, pues este
no puede ocupar el lugar de otro AyR, ya
que lo desplazaría.
Entonces,
lo que se atestigua en un recuerdo o imaginería, son los elementos esenciales
de un AyR acoplado, que por lo mismo, no presenta la integridad ni
la solidez entre sus fotogramas
que sí posee cuando es directo. Por eso, los recuerdos se tiñen de
elementos diversos y el Observador
vacila respecto de los elementos de un recuerdo y muchas veces se contradicen
con antecedentes del AyR empírico o directo, tales como, fotografías, cintas
grabadas, filmaciones del evento, recuerdos de terceros etc.
El
acto de consciencia es entonces captar
la asociación de datos del AyR directo, más las relaciones con sus eventuales AyR
yuxtapuestos generando una unidad comprensiva que caracteriza al AyR
actual.
Cuando
este AyR no es un evento de percepción directo, sino que un AyR yuxtapuesto sus
elementos empíricos son separables en
mayor o menor medida. Sin embargo, se conserva el núcleo rector de ese acto de
consciencia. En otras palabras, la
esencia de un AyR directo constituirá en otro instante el AyR acoplado o yuxtapuesto de otro evento de
consciencia.
Cuando
un estímulo de un AyR directo insta a
recordar, lo que se recupera no es el AyR íntegro del recuerdo, sino que un
destilado de él que se traduce como el AyR yuxtapuesto o acoplado.
El AyR
actual o simplemente AyR es, por lo tanto, un evento de acoplamiento de un AyR directo con uno o más AyR yuxtapuestos que se traduce como
pensamientos, recuerdos o imaginerías.
Si el AyR yuxtapuesto se trajera completo, el Observador
experimentaría una realidad doble y esquizofrénica. Luego, lo que
contiene un AyR yuxtapuesto son imágenes esenciales con significación y
una banda sonora adicional “en off”, cuando se trata de un pensamiento o reflexión que se presenta como
el diálogo interno que atestigua el Observador.
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