domingo, 16 de marzo de 2014

SUEÑOS Y NEUROMETAFISICA


  Los sueños como indicios

Los sueños vívidos son también una buena analogía. En tales sueños, el Observador  experimenta todos los estímulos sensoriales propios de la vigilia: olores, sabores, tacto, imágenes, sonidos, equilibrio, propiocepción y exteriocepción. Tan absorbente es un sueño vívido que mientras se está desarrollando el durmiente no sabe que se trata de un sueño.

Lo lamentable de los sueños vívidos, que serían el equivalente a la experiencia de la vigilia, en cuanto a calidad de resolución de los estados mentales involucrados, es que se olvidan rápidamente, y tras un tiempo corto (algunas horas), sólo se recuerda el hecho del sueño vívido, la impresión que causó y algunas imágenes y trazos del argumento del sueño.

Los  sueños vívidos que El Observador  ha experimentado alguna vez y que ha logrado atestiguar claramente por un hecho fortuito, (como despertarse o ser despertado en mitad del sueño REM), tienen las siguientes características:

 

·         Se experimenta todo el repertorio de estímulos sensoriales: los 5 sentidos, exteriocepción y propiocepción, equilibrio, nauseas, dolores.

·         No se tiene consciencia en el transcurso que se trata de un sueño.

·         El sueño respeta las leyes físicas de nuestro universo: tiempo lineal, sucesión de eventos, gravedad, etc.

·         No se puede influir en el sueño

·         No se sabe lo que piensan los otros protagonistas

·         No se conoce el desenlace de los acontecimientos.

·         En este caso, se trata de un sueño no estrambótico, es decir no hay sucesos fantásticos o reñidos con la realidad (hay también sueños vívidos estrambóticos).

 

Francisco Mora ratifica lo anterior al señalar la equivalencia de procesos cerebrales  que existe entre la vigilia y el sueño REM.

 

“Ya sabemos  que durante el sueño que llamamos de ondas lentas la corteza cerebral  esta mayoritariamente inactivada, no así, sin embargo, durante el periodo REM o de las ensoñaciones. En este último periodo del sueño (sueño REM) algunas partes de la corteza cerebral, como la corteza cingulada anterior, la corteza prefrontal orbitaria y el núcleo central de la amígdala, se reactivan a niveles iguales o superiores a los que existen durante el periodo de vigilia”[1].

 

 “Durante el sueño REM (pero no durante el sueño No-REM) se ha podido observar, mediante técnicas de magnetoencefalografía, que el cerebro tiene una actividad tálamo-cortical (40 ciclos) muy similar a la que tiene el cerebro despierto”[2].

 

 

Entonces,  si no fuese por el hecho que El Observador  despierta en algún momento: ¿Cómo podemos distinguir este sueño de la realidad?

 No se puede. De acuerdo a mi Tesis, no hay diferencias constitutivas. El material con el que se fabrican los sueños son los mismos con que se fabrica la realidad cotidiana.

 
Algunos filósofos también han comprendido la enorme similaridad entre  la realidad onírica y la vigílica, como al respecto lo señala Schopenhauer:

Tras esos pasajes poéticos, séame permitido expresarme con una comparación. La vida y el sueño son hojas de uno y el mismo libro. La lectura conexa es la vida real. Pero cuando las horas de lectura (el día) han llegado a su fin y comienza el tiempo de descanso, con frecuencia hojeamos ociosos y abrimos una página aquí o allá, sin orden ni concierto: a veces es una hoja ya leída, otras veces una aún desconocida, pero siempre del mismo libro. Y así, una hoja leída aisladamente carece de conexión con la lectura coherente: pero no por ello es muy inferior a esta, si tenemos en cuenta que también la totalidad de la lectura coherente arranca y termina de forma improvisada y no hay que considerarla más que como una hoja aislada de mayor tamaño.[3]

 


¿Existe, entonces, alguna  fuente de diferencia entre un sueño vivido y la realidad?

Si. La única fuente de diferencia es su precedencia. En el caso de la llamada  realidad, el estimulo viene directamente del Parméneon e interactúa con el sistema cerebral y memoria de El Observador. En el caso del sueño vívido el estimulo viene de su memoria. Es una mezcla de pasadas representaciones que fluyen sin orden ni concierto (en un sueño estrambótico) o con una línea argumental más definida (sueño correctamente secuenciado con la realidad). 

No obstante, debo apresurarme en advertir  que esta diferencia sólo tiene sentido desde el punto de vista del Observador en estado de vigilia que recuerda un sueño.

Pero ¿Qué ocurre cuando se encuentra inmerso en el sueño mismo?

 

Veremos durante el desarrollo de esta Tesis que los sueños son verdaderas realidades paralelas. Luego, nosotros suponemos por las experiencias de observación de lo que ocurre a terceros (no respecto del Observador) que los estímulos nocturnos pueden determinar aspectos de nuestros supuestos sueños. Pero en lo que respecta al Observador, este puede constatar sólo que hay alguna relación entre lo que él llama sueño y un evento inmediatamente anterior  que acaece en su realidad de pre-durmiente en un estadio semi-lucido o de duermevela.



[1] Mora, Francisco, El Yo Clonado, Pág. 28.
[2] ibíd., Pág. 29.
[3] Schopenhauer. El Mundo como Voluntad y Representación

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