En el primer episodio de la saga de la Película Mátrix, se
da un interesante diálogo entre Neo y Morpheus, cuando en una simulación
virtual, Neo acaricia un sillón y le pregunta a Morpheus si acaso ese sillón es
real.
Morpheus le responde lo siguiente: “¿Qué es real? ¿Cómo defines lo real? Si
estás hablando acerca de lo que tú puedes sentir, lo que puedes oler, gustar y
ver, entonces lo real es simplemente señales eléctricas interpretadas por tu
cerebro…” [1]
[1] Morpheus:
"What is real? How do you define
real? If you are talking about what you
can feel, what you can smell, what you can taste and see, then real is simply
electrical signals interpreted by your brain."
Lo importante de esta escena es que Neo “acaricia el
sillón”, por eso duda de que tal mueble sea una simulación informática. Para nosotros el tacto es el sentido más
confiable: la vista o el oído nos puede engañar ,pero no el tacto. Sin embargo, de acuerdo a lo que le plantea
Morpheus, por lo demás ratificado por la Neurociencia moderna, ese sillón no es
real , en el sentido en que ilusamente lo creemos, sino que es el resultado de
un procesamiento bioélectrico y el tacto no escapa a esta situación.
Entonces, podemos construir un axioma:
“Todo lo que toco o
veo es una imagen en mi cerebro”.
Por favor, examinen las consecuencias tremendas de esta
aseveración: si veo y toco un sillón, no es real sino que mental.
Si toco mis manos, no son reales, son mentales.
Si toco mi cabeza, no es real es un producto mental.
Pero ¿se dan cuenta? Si mi cabeza es un producto mental, no
es el origen de mi actividad mental sino que un resultado, un producto... No es
el mecanismo que genera la realidad mental.
No es mi cabeza, entonces (la que tengo sobre los hombros),
la que alberga mis recuerdos, genera mis pensamientos o interpreta los
estímulos que llegan a ella para construir este universo de señales
bioeléctricas.
Entonces si mi cabeza, y de paso mi cerebro (otro producto
mental) a los que consideraba la gran
máquina procesadora de estímulos externos y la generadora de todo mi mundo
mental, es simplemente un elemento más de ese mundo ¿Dónde se generan en
realidad mis pensamientos? ¿De dónde viene mis recuerdos? ¿Qué es entonces lo que arma el mundo que
conozco, (que es totalmente mental), incluido los cerros, los perros, mis
amigos, las ciudades, el planeta, las estrellas, y mi propio cuerpo y cabeza ya
que son parte de este universo mental?
Aunque cueste aceptarlo, en el mismo escenario donde se
fabrican los sueños, se fabrica lo que llamamos “realidad”... y con los mismos
elementos.
Reflexionar sobre esto y lograr que esta evidencia nos
impacte, es el principio para comprender el paradigma neurometafísico.